¿Qué Hay En Los Pies?

11 mar

Recientemente, expertos de la Universidad de Calgary, en Canadá llegaron a la conclusión que los cambios en las manos y dedos fueron consecuencia de la evolución de la forma de los pies primeramente, según aparece publicado en la revista ‘Evolution’, y que recoge la página británica BBC[1].

Si vemos los pies desde el punto de vista de la fisionomía Triana, son los órganos del movimiento de la parte base de la estructura humana: Abdomen – Tórax y Cabeza. Así resulta de atípica la división del cuerpo desde esta fisionomía, que yo practico, cuya interrelación y representación facilita un diagnóstico con detenimiento para un cliente o socio que nos visite con alguna preocupación de salud no comprendida.

Entender al cuerpo humano como una compleja estructura implica observar a los pies como la porción finales de una extremidad que lleva todo el peso corporal y a su vez permite la locomoción. Muchos vertebrados poseen esta  estructura anatómica, de hecho para la mayoría de los animales con pies, éste es un órgano independiente en la parte terminal de la pierna,   en general está compuesto por uno o más segmentos o huesos (26 huesos, 33 articulaciones, y más de 100 músculos, ligamentos y tendones, aunque solo 20 móviles).

Debido a que representan una parte tan indispensable para el soporte del cuerpo con todo y la lejanía con respecto al cerebro, los pies precisan de cuidados y atenciones especiales. Aunque suele menospreciarse, en su planta se reflejan todas las terminales nerviosas y desde allí con masajes terapéutico y reflexología se pues estimular todos y cada uno de los órganos internos. En un artículo posterior tocaremos detalles de cuidado terapéutico del cuerpo humano.

La estructura funcional de los pies es muy compleja. Como hemos dicho anteriormente, nos mueven y cargan con todo nuestro peso día tras día, pero: ¿Cómo lo consiguen?

El pie y el tobillo son dos piezas fundamentales para lograr el movimiento. Forman una de las estructuras más complejas del cuerpo humano. Dicha complejidad y trabajo exige además de cuidado, de usa suplementación adicional, tendones, ligamentos, nervios, capilares, venas, arterias, todas requieren del suministro de la materia prima adecuada en cantidad y calidad (macronutrientes: proteínas, carbohidratos y grasas), así como de los biocatalizadores (micronutrientes: vitaminas, minerales, aminoácidos), a esto se les adiciona algunos elementos de síntesis interna y externa, como ácidos grasos, prostaglandinas, glucosamina, condroitina, etc.

Los tendones conectan los músculos a los huesos y facilitan el movimiento del pie, mientras que los ligamentos mantienen los tendones en su sitio y permiten que el pie se mueva hacia arriba y hacia abajo para empezar a andar.

El arco del pie está formado por ligamentos, músculos y huesos y ayuda a distribuir el peso, también hace que el pie sea más eficiente al andar y correr. La estructura única del pie y la forma en la que distribuye el peso permiten que pueda soportar presión constante a lo largo del día. Aquí hacemos un alto para referirnos a un cambio en la forma del pie que se relaciona con la “ausencia del arco”. Puesto que no causa dolor las personas de “pie plano[2]”  no prestan la debida atención a este padecimiento.  Muchos desconocen que la incidencia de pie plano aparece debido a que los tejidos que sostienen las articulaciones en el pie (llamadas tendones) están flojos.

En el caso de los más pequeños, los pies planos pueden ser causados por la fusión de dos o más huesos del pie. A medida van creciendo, los tejidos se tensan y van formando el arco, lo cual tiene lugar cuando el niño tiene 2 o 3 años de edad.

El envejecimiento, las lesiones o una enfermedad pueden causar daño a los tendones y provocar que se desarrolle pie plano en una persona a quien ya se le había formado el arco.

Todas las piezas del pie son muy importantes y necesarias, para mantener la postura y equilibrio de manera natural, algo que tendríamos que asegurarnos artificialmente en casos de faltar.

Los dedos juegan un papel fundamental en el logro del equilibrio, especialmente el dedo gordo, que nos sujeta al suelo cuando sentimos que estamos perdiéndolo.

La piel, nervios y vasos sanguíneos que constituyen el resto del pie, mantienen su forma y le aportan todos los minerales, oxígeno y energía que necesita para mantenerse en constante movimiento. El cuidado diario de los pies, es algo que todos podemos hacer al concluir nuestra jornada diaria. Sin dudas, evidente corolario de la relación amorosa que tenemos con esta parte de nuestro cuerpo que prácticamente podríamos decir que no descansa en el servicio que nos presta.



[1] Disponible en www.bbc.co.uk

[2] Científicamente denominada coalición tarsiana.

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