Ganar el combate contra la obesidad: las leptinas

En mi practica de salud suelo decirle a mis clientes y asociados que la obesidad es consecuencia de cantidad y sensibilidad. Te preguntas, sensibilidad a que? Sigue leyendo y pronto lo sabrás…

Las cifras son alarmantes. Mil millones de adultos tienen sobrepeso, y cada año mueren 2,6 millones de personas a causa de estos dos flagelos relacionados con una alimentación inadecuada.

En nuestro cuerpo poseemos las leptinas. ¿A qué nos referimos cuando mencionamos las leptinas? ¿Cuáles son sus efectos positivos? ¿Se relacionan con la obesidad?

Las leptinas son hormonas fabricadas por el organismo. Han demostrado tener un efecto valioso en el estudio de la fisiología de la pandemia humana denominada obesidad. Su peculiaridad y dificultad radica en que al ser proteínas su suplementación a través de la vía oral, determina que queden atrapadas en el proceso digestivo y se sometan luego, de forma escalonada, al procesamiento normal de las proteínas.

Colaboradoras eficaces en la lucha contra la obesidad, de las leptinas se ha publicado en estudios realizados por laboratorios farmacéuticos e industriales. Especialistas en investigación de la obesidad coinciden en que estas hormonas disminuyen el consumo (es decir la ingesta y/o apetito, si no llegan a ser bloqueadas por la grelina) y simultáneamente, incrementan la actividad metabólica, logrando mayor pérdida de peso.

Puede afirmarse que el descubrimiento de las leptinas es reciente porque data de finales de los años noventa. La sustancia reguladora de la energía interna del cuerpo es la leptina. De donde se comprende que desempeñan un papel importante en muchas funciones fundamentales, además funcionar como normalizadoras del gasto energético.

Todas las actividades internas y externas del organismo requieren energía. Precisamente, su balance, entre la producción, requerimiento y consumo es función intrínseca de las leptinas

Principalmente se producen en el tejido adiposo blanco, aunque también pueden nacer en el intestino, estómago, hígado y ovarios. Recientemente, en pruebas con ratones, se detectó que pueden presentarse dos problemas en casos de obesidad, que no se produzcan en la cantidad necesaria o que no se tenga la sensibilidad adecuada (algo que guarda relación con la presencia de otra hormona, llamada grelina), que la atrapa y neutraliza, asegurándose que el apetito que la leptina quiera controlar, no afecte sus intereses de demandar más alimentos, lo cual igualmente posibilita que el hipotálamo siga sintiendo la ausencia de las  reales necesidades, llevándonos a la obesidad.

A medida que se aumenta el nivel corporal de grasa, aumenta la cantidad de leptina. Se ha comprobado que su cantidad (leptinas) aumentan con el embarazo y disminuye después. Se han realizado investigaciones para conocer si tiene influencia en la fecundación y fertilidad humana.

Para trabajar con la sensibilidad a la leptina, es recomendable realizar regulaciones dietéticas como aumentar el consumo de fibras vegetales, semillas, nueces, ácidos grasos, así como proteínas.

Según el experto Galland, incorporar superalimentos (Omniplus) en la comida ayudará a comenzar dando un salto hacia hábitos alimentarios saludables estabilizará los niveles de leptina. Entre esos alimentos se incluyen: albahaca, semillas de lino, lechuga romana, jugo de arándanos, jugo de vegetales, tilapia, pimentón, zanahorias, té verde, jugo de cerezas, repollo, brócoli, rúcula, arándanos, manzanas, cerezas, pomelo, almendra, nueces, espinaca, tomates, clara de huevo y yogur desnatado.

De manera que la fórmula para combatir la obesidad la tenemos en nuestro propio cuerpo. Las leptinas son excelentes facilitadoras en ese sentido, tal y como ya hemos explicado.

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